Frecuentemente encontramos gente que relaciona la etiqueta con la pajarita, el smoking, y los vestidos de fiesta, cuando en realidad, etiqueta no es más que vestir acorde a la situación ante la que nos enfrentamos.
Cada uno tiene su estilo, reflejamos nuestro gusto y personalidad en nuestra indumentaria. Y admiro a quién siguiendo los cánones, lleva con maestría esa distinción que nos hace únicos.
Pero cuando es nuestra misión ser imagen de una empresa, institución o incluso de nosotros mismos, debemos tener sumo cuidado con cómo nos vestimos, nuestra comodidad/pasotismo, seguramente jueguen en nuestra contra.
Hablando un día de etiqueta, alguien me dijo que "El hábito no hace al monje", y yo contesté "es cierto, pero si el monje no llevara hábito pondríamos en duda al hombre que dice ser monje". No podemos evitarlo, primero vemos, y luego, a lo mejor, escuchamos, y hasta creemos.
Hace unos días, una compañera de QOE, Olivia Von Charlottenburg, compartía con los miembros del movimiento esta noticia:
No es para menos que nuestra compañera se horrorice. Un Presidente en el juramento de su Ministro de Economía, en camisa por fuera, pantalón corto, y sandalias... ¡¡un horror!! Y no porque el señor vaya mal vestido, está estupendo para su retiro vacacional, dispuesto para un bañito en el cálido océano, para una barbacoa en su jardín, pero ¿para presentar a un Ministro? Fíjense también en la forma de sentarse, parece importarle todo un bledo. (De la mesa hablaremos en otra ocasión).
No es que se salte el protocolo, lo que se salta este Señor es el reconocimiento a su Ministro, se salta que los uruguayos sepan quién se su nuevo Ministro de Economía y que intenciones tiene en su nuevo mandato, porque lo único que llama la atención es que el Presidente de Uruguay, fue de sandalias. En conclusión, una falta de respeto a los uruguayos, y no tanto a la etiqueta.
Fuente: Elitista, ÚltimaHora
Laura Fernández
Auxiliar de Protocolo y Eventos
QOE Asturias
No hay comentarios:
Publicar un comentario